Redacción. Madrid
Un estudio, llevado a cabo por la Corporación Sanitaria Parc Taulí, y becado por el Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, ha concluido que los inhibidores de la bomba de protones y los antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) no son determinantes mayores del riesgo de fractura de cadera y/o pelvis en nuestro entorno.
Para llevar a cabo el estudio se realizó un estudio de casos y controles de base hospitalaria, que incluyó enfermos, de 50 a 95 años, atendidos al servicio de urgencias del hospital por fractura de cadera y/o pelvis por fragilidad ósea y se valoró la exposición farmacológica de la población estudiada en los 10 últimos años, con especial énfasis sobre inhibidores de la bomba de protones, inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y glitazonas. También se explotó el riesgo de fracturas patológicas asociado al uso prolongado de bifosfonatos.
Las fracturas por fragilidad ósea, que son las que se producen por traumatismos de poca energía constituyen un importante problema de salud pública que implica una elevada tasa de morbimortalidad y suponen una amplia utilización de recursos sanitarios.
Diferentes estudios apuntan a que determinados fármacos pueden favorecer la aparición de fracturas, puesto que pueden incrementar la frecuencia de caídas y sus consecuencias o disminuir la masa ósea por sus efectos sobre el metabolismo óseo. Entre los fármacos que se asocian de forma significativa a un aumento de riesgo de las caídas y como consecuencia de fracturas, se encuentran los hipnosedantes, antidepresivos, antipsicóticos y opioides.
Recientemente se han identificado nuevos fármacos o grupos de fármacos como factores de riesgo de fracturas a consecuencia de una alteración del metabolismo mineral óseo: las glitazonas, los antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina, los inhibidores de la bomba de protones (IBP) y el uso prolongado de bifosfonatos. Por este motivo, desde la Corporación Sanitaria Parc Taulí se decidió poner en marcha un estudio, becado por el Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, para evaluar la relación entre la exposición crónica a fármacos, con énfasis especial en este último grupo de medicamentos (glitazonas, ISRS, IBP y bifosfonatos), y el riesgo de fracturas de cadera o pelvis por fragilidad ósea.
Resultados del estudio
Las conclusiones del estudio indican que la prevalencia de uso de inhibidores de la bomba de protones fue de más del 50 por ciento de la población estudiada, pero que no hay asociaciones significativas relevantes entre el riesgo de fractura y exposiciones a inhibidores de la bomba de protones. De manera similar, los antidepresivos inhibidores selectivos de la recaudación de serotonina tenían una prevalencia de uso en torno al 20 por ciento de la población estudiada, pero no se asociaron a incrementos de riesgo independientemente de su duración y del momento de la exposición. En cuanto a las glitazonas, se ha contrastado que su utilización en nuestro entorno es prácticamente inexistente. En cuanto a los bifosfonatos, no se observó ninguna asociación de riesgo, si bien es importante destacar que se encontró una baja prevalencia de utilización en duraciones superiores a 5 años, por lo que no es posible detectar asociaciones significativas de riesgo de fracturas a largo plazo.
Los autores del estudio son Maria Queralt Gorgas Torner e Irene López Rico del Servicio de Farmacia de la Corporació Sanitària Parc Taulí.
|